sábado, 17 de noviembre de 2012

NO + TUPPERS DE MAMÁ

La Real Academia de la Lengua Española define cocinar como la acción de guisar o aderezar los alimentos. Esta definición es totalmente inaceptable, se mire por donde se mire. La cocina no puede ser considerada en sí misma como una acción aislada, siendo más bien un proceso dinámico y adaptativo en el que el individuo trata de sobrevivir con la ayuda de sus cinco sentidos. Un viaje organoléptico en el que los receptores más primarios sirven de radar para encontrar ese "todo" que sirva para apaciguar un instinto primario insaciable conocido como Gusto. La cocina es un arte, y por lo tanto debe ser tratada como tal. El arte de equilibrar sabores y doblegar paladares con su perfecta amalgama de efluvios volátiles. Dulzura, amargor, picor y sobre todo amor. Un amor olvidado que de vez cuando llama a nuestra mente y nos hace recordar. La cocina diaria se desvanece entre microondas y ataúdes de cartón que encierran momias congeladas en alta mar, infinitas alas de pollos que tal vez no llegaron a existir y masas rígidas de vergüenza cubiertas de grasa láctea. ¿Por qué sucumbir a un falso universo de comida pre-cocinada? Lo primero que nos viene a la mente cuando comemos un plato mediocre (por lo menos a los que adoramos la buena cocina), es la sencillez con la que nuestras madres imbuían de sabor todo aquello que tocaban. La facilidad con que eran capaces de deleitarnos en el día a día sin dejar de sorprendernos. Pero llega el momento en la vida de todo ser dependiente, que la distancia hace imposible disfrutar de este lujo, y es ahí, en el momento en nuestra mano contacta con el extremo la cuchara de madera, cuando nos damos cuenta de lo privilegiados que hemos sido hasta entonces. 

Lo importante es no asustarse. Que no cunda el pánico. Nosotros podemos. ¿Qué hacer? Pues os voy a proponer una solución indirecta. Un camino hacia el autoconocimiento culinario y el perfeccionamiento. No seré yo quien os sirva de guía, pero sí os daré la receta infalible: NO MÁS TUPPERS DE MAMÁ. Detrás de esta negación con ánimo de superación se esconde la que es sin duda, al menos a mi parecer, la mejor guía de cocina para el día a día, y por qué no, para esos días especiales. ¿Ante qué nos encontramos? Pues es sencillo. Una página de exquisita factura y sencillez abrumadora, en la que regularmente encontraremos recetas de dificultad variable pero de valor y calidad incalculables (sí, soy un fan acérrimo). Desde un pollo con patatas hasta un risotto de verduras, todo esta aquí. ¿Qué lo hace diferente de los demás? Para mí, todo. Diseño, calidad y por encima de todo cariño. Cada punto está cuidado hasta el mayor detalle haciendo que te sientas capaz de lograr cocinar tu sólo. Un detalle que a priori puede parecer menor o pasar desapercibido a algunos lectores es que la cocina debe ser entendida como un componente cultural e intelectual importante y fundamental de nuestro tiempo. No más tuppers de mamá no sólo no fusiona una cocina moderna y hermosa con el diseño más actual, si no que da un paso más allá y se adentra en el "arte de las musas". Cada plato, además de las explicaciones pertinentes, se presenta acompañado de un tema musical para su realización, ¿no es genial? ¿Os va interesando el tema? Esta misma semana, LeCool de Barcelona ha publicado una entrevista a los autores del blog gastronómico que no os podéis perder (link a la entrevista).

Desde aquí queremos animaros a todos, ya seas principiantes o cocineros expertos, a que experimentéis el arte culinario con un enfoque creativo e innovador. Para ello os recomendamos (o más bien os instamos) que visitéis NO MÁS TUPPERS DE MAMÁ, os prometemos que no os vais a arrepentir.

Finalmente, les queremos rendir un pequeño homenaje desde nuestro modesto blog en forma de fotografía culinaria: "cocinar es la leche, pero mejor si hay No Más Tuppers de Mamá"